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APUNTES SOBRE EL MAPA CORPORAL SIMBÓLICO

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El mapa corporal es una herramienta que se usa en muchas escuelas, tanto de trabajo corporal como fisio y psicoterapéutico, básicamente se usa como ficha clínica, registro, diagnóstico y conciencia corporal.
Generalmente es una silueta humana donde se señalan circuitos y conexiones energéticas, zonas de dolor, puntos de placer, órganos enfermos, etc. Y puede ser hecho por el profesional o por el alumno/paciente, para diagnóstico y seguimiento o enseñanza.
En esta dirección se relaciona con el esquema corporal.

Tomo como referencia para este tema a Françoise Dolto y cito algunos párrafos de su libro “La imagen inconsciente del cuerpo” Ed. Paidos1986.

”No hay que confundir imagen del cuerpo con esquema corporal.
El esquema corporal especifica al individuo en cuanto representante de la especie: es, en principio, el mismo para todos.
La imagen del cuerpo, en cambio, es propia de cada uno: está ligada al sujeto y a su historia.
El esquema corporal como «realidad de hecho,…nuestro vivir carnal al contacto con el mundo físico» depende de la integridad del organismo, de potencialidades evolutivas y madurativas, de las sensaciones fisiológicas y cenéstesicas.
La imagen del cuerpo ligada al sujeto, a su historia es eminentemente inconsciente, y advendrá a la conciencia mediada por la metáfora del gesto, acto o palabra.
Esta imagen del cuerpo, soporte del narcisismo, se entrecruza con el esquema corporal enlazando dinámicamente las imágenes de las funciones perceptivas, cenestésicas, práxicas, con las erógenas y las del conflicto psíquico. Se establecería así la ligazón, vinculación del sujeto a su propio cuerpo.”

En nuestro enfoque de trabajo el mapa corporal está ligado a la imagen del cuerpo y a su entramado con el esquema.
Lo llamamos Mapa Corporal Simbólico, lo que nos facilita trabajar expresiva y artísticamente con las representaciones de contenidos psíquicos referidos al cuerpo.

Un Mapa Corporal Simbólico es una representación del cuerpo, o de alguna de sus partes, que se hace fuera del cuerpo: puede ser una silueta gráfica, una figura en arcilla, un poema, un relato, una danza, una escena, un objeto, un muñeco, etc.

La construcción
Si se realiza a partir de una silueta gráfica ésta puede ser:
. Silueta impresa, femenina o masculina, mas ligada al esquema corporal.
. Silueta neutra lo que da más lugar a la impronta subjetiva.
. Dibujada por el alumno/paciente.
. Dibujada por el coordinador (en sesiones individuales) o por un compañero en encuentros grupales.

La figura impresa da más soporte a quien siente dificultades para el dibujo pero es más limitante para la expresión personal, solemos dar ambas posibilidades para que el participante elija lo que le resulta mejor o hacer primero la impresa y luego la otra.
Cuando hacemos esta propuesta en un grupo usamos la figura impresa para que todos partan de un mismo punto y así se pueda visualizar fácilmente la diversidad de los imaginarios personales y a la vez aquello del `esquema corporal´ que nos une a la especie humana.
En la mayoría de los casos comenzamos con una hoja tipo A4 o A3.
Si trabajamos en tamaño natural – el contorno real de una persona- lo hacemos en un papel grande en el que un compañero de grupo dibuja el contorno de otro en la postura que éste elija, si el trabajo es individual el contorno lo dibuja el coordinador.

Este trabajo suele estar precedido por:
. Una propuesta de percepción y sensibilización corporal: relajación guiada con o sin visualizaciones, contacto o movimiento.
. Ver reproducciones de obras de artistas que trabajaron con la imagen corporal y representaciones corporales de otras culturas, esto incentiva la imaginación y genera un clima de permiso – ya que si Picasso puede hacer una cabeza azul, yo tambien puedo- Si elegimos esta opción será necesario mostrar obras bien diversas entre sí y de diferentes épocas y estilos.
. Tambien puede ser una propuesta que continúe un trabajo anterior como resonancia, reflejo o símbolo objetivando un relato personal.

El trabajo con el mapa
Pensamos el mapa como un texto de lecturas plurales y un espacio de intercambio entre el autor y los otros, coordinador o compañeros de grupo.
Para su elaboración este texto necesitará ser traducido y/o reinterpretado en otros lenguajes: corporales, escénicos, verbales, plásticos.
El desarrollo puede llevarnos hacia un trabajo de concientización, expresivo, energético, creativo, etc. dependiendo de los objetivos, de lo que surja en el intercambio con el autor y el encuadre que el coordinador haya propuesto.

Algunas guías para la lectura de un mapa realizado con instrumentos plásticos: grafico, barro, construcciones, collage, etc. Pueden ser:

. ejes, horizontal y vertical
. vacíos y llenos
. arriba y abajo
. simetrías y asimetrías
. fragmentación e integración
. intensidad de las marcas (colores, líneas o texturas)
. desnudo o vestido
. relación adentro y afuera (contorno)
. materiales con los que fue construido
. volúmenes
. ubicación espacial

Es necesario que el mapa no quede como una foto fija sino que se despliegue en múltiples metáforas. Un mapa corporal simbólico no es un test sino una puerta abierta y un hermoso instrumento de elaboración, si pensamos en la creación artística como un proceso de transformación e integración humana.
Algunas propuestas para retrabajarlo dentro de este entramado de lenguajes que estoy proponiendo:
. Desde lo verbal con descripciones, asociaciones y relatos.
. Desde lo plástico: ampliando zonas de color, reelaborando con collage o fotomontaje; haciendo el pasaje del plano al volumen en arcilla o con objetos y materiales descartables.
. Desde lo corporal abriéndolo al movimiento correctivo, energético y/o expresivo.
. Desde lo teatral: jugando desde lo gestual a la escena.
. Desde la dinámica grupal haciendo que cada mapa sea abra a la multiplicidad de versiones y resonancias grupales, puede ser danzado por otro participante, enriquecido con textos, descripciones o metáforas, o hacer una creación conjunta con todos los mapas, etc; si se elige esta opción de trabajo el coordinador necesitará estar atento y desalentar los juicios por criterios estéticos y/o personales.

Un ejemplo
Caso clínico, publicado en la Revista Kiné con el título “En torno al dolor”. Se encuentra en la sección Notas de esta página.

APUNTES PARA EL TRABAJO CON ARCILLA

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En el trabajo con arcilla nos proponemos desarrollar la sensibilidad hacia una materia con cualidades especiales: el barro.
El barro ha sido el primer instrumento de la humanidad y es tal vez el único que se mantiene como en sus orígenes y casi no ha sido transformado por el avance tecnológico.
Por eso cuando estamos amasando un trozo de barro estamos haciendo los mismos gestos que el hombre del paleolítico.
El trabajo con la arcilla nos conecta sin intermediarios con la naturaleza, con el comienzo de la vida.
La tierra es una materia abierta al simbolismo: es cántaro, cacharro y ofrenda religiosa.
Es también un material que nos vincula directamente con la función creadora, un material amorfo, inerme, pesado que exige ser transformado, no es algo en sí mismo como puede serlo un color o una línea, sino algo a ser amasado, modelado, transformado. “Es todo posibilidad, felicidad de las manos.” (Gastón Bachelard).

Objetivos
Lo que nos interesa del trabajo con la arcilla es desarrollar los aspectos perceptivos, expresivos y creativos que este material nos aporta. Es un material en el que prima la sensorialidad, el tacto, en palabras de Sara Pain “es un cuerpo que hace otro cuerpo”.
Buscamos la conexión con el mundo interno, con lo subjetivo, sus imágenes y la transmisión de eso a una obra.
La imagen es punto de partida y el proceso creativo-terapéutico se dará durante ese pasaje entre lo imaginado y lo que se construye.

Ese pasaje que se traduce en un diálogo interno y apasionado entre la materia amorfa, la imagen y la mano; esa transformación de la imagen subjetiva en obra   que se echa al mundo es la experiencia artística.
El trabajo con arcilla desarrolla la percepción de la materia, del volumen y del espacio.
Su textura, temperatura, peso y resistencia serán a la vez una ayuda y un obstáculo.
“Todos esos objetos resistentes son seres por dominar, nos dan el ser de nuestro dominio, el ser de nuestra energía. La materia nos revela nuestras fuerzas.” dice G.Bachelard en La tierra y los ensueños de la voluntad.

Dinámicas
El trabajo con arcilla es muy apto para actividades donde todo el grupo participa en la tarea en forma simultánea.
La arcilla requiere ser calentada y amasada antes de crear algo con ella, hacerlo grupalmente, compartir un bloque de barro y amasarlo entre todos genera una situación de integración grupal que, por lo general, es muy lúdica y alegre y facilita el transito por emociones conflictivas o reactivas referidas al material mismo o a sus evocaciones y resonancias subjetivas.
La arcilla permite catarsis -rasguñar, golpear, romper- y también elaboración, tarea reparatoria de la herida – alisar, construir, suavizar-; a una acción que destruye viene otra que repara.

Cuando el barro esta “a punto” se puede elegir continuar en grupo, en subgrupos o en forma individual para las siguientes etapas del trabajo: percepción y sensibilización del material y creación de una pieza.
Si continuamos en forma grupal y el grupo es grande será mejor hacer subgrupos de 3 o 4 personas.
Este es un momento muy rico y hermoso en el trabajo ya que los participantes transitan juntos tanto las expresiones de descarga como las más íntimas percepciones sensibles.

Es probable que los participantes se pongan a construir algo de inmediato y les resulte difícil, incluso una verdadera lucha interior, permanecer percibiendo y jugando con el barro, sin embargo es importante que ayudemos a transitar este momento subjetivamente arcaico de contacto con el mundo externo.

. Será necesario dar mucho tiempo y pautas que ayuden a desplegar la sensibilidad y la exploración de la materia. Algunas pautas para este momento:
. Dejar caer nuestro peso con las dos manos sobre la arcilla, con una mano entera, de canto, con un dedo o más, con diferentes tonos musculares. También se puede trabajar con otras partes del cuerpo: los pies, los codos o ponerse el barro en el cuerpo (esto dependerá de si hay posibilidades de ensuciar el lugar de trabajo, tengamos en cuenta que limpiar el polvillo que queda en la sala puede ser algo interminable…).
. Trabajar con ojos cerrados y/o repartir pañuelos o vendas.
. Alternar ojos cerrados y abiertos.
. Recorrida por los sentidos: olfatear, sentir temperaturas y texturas (húmeda, seca, blanda)   escuchar los sonidos que hace al romperse o estirarse, etc.
. Incorporar en el amasado el ritmo de la música.
. Percibir sin buscar una forma, dejarla aparecer y dejar que se deshaga y desaparezca, dejar que venga otra, como una ola de imágenes, hasta que ese dialogo entre mano y materia me diga qué forma dar.

La música y la poesía pueden ser buenos acompañantes en este proceso de estar y permanecer en estado de percepción, espacio fundamental para que aparezcan imágenes y crear un diálogo con la materia.

Durante el desarrollo el coordinador puede:
. Ir girando la pieza mientras los participantes continúan con ojos cerrados y dar unos minutos para que perciban sin transformar lo que encuentran, guiamos este momento proponiendo sentir temperaturas, texturas, huecos, formas, luego vuelve la pieza a su lugar original para que continúen el trabajo sumando las nuevas sensaciones.
. Si el trabajo es grupal proponemos pasar la pieza a un compañero, que no podrá modificar nada sino sólo percibir.
. Poner música para acompañar, para el calentamiento sugerimos músicas rítmico-percusivas y para después, temas conocidos que incluso se puedan canturrear o músicas que sugieran climas.
. Incorporar el sonido, la voz, dejar que salgan los suspiros, quejidos, aquellos sonidos que acompañan la acción.

Materiales y herramientas
Para este trabajo se necesita:
. Las dos manos! Es importante no dar otras herramientas hasta el acabado final de la pieza, lo que buscamos es abrir la percepción directa del material sin intermediación.
. Tanza o alambre para cortar el bloque de arcilla.
. Plásticos para cubrir las superficies donde se apoyará la arcilla sea el suelo o mesas.
. Soportes, planchuelas individuales de madera, para que la pieza pueda ser movida, girada y exhibida, en el plástico se pega y se puede romper al moverla para verla desde distintos ángulos.
. Recipientes (vasitos) con agua porque la arcilla se seca con la temperatura de las manos y pierde flexibilidad.
. Trapos para limpiar el espacio y las manos.
. Plásticos para envolver la arcilla y conservar la humedad.
. Estecas, espátulas, cuchillos de plástico, etc., para generar texturas o dibujos en el barro.
. Opcional, otros materiales para decorar la pieza: paja, telas, papeles, etc.
. Arcilla, aproximadamente un kilo por participante.

Un ejemplo
Relato de una experiencia de trabajo individual con una paciente con trastornos alimentarios.
Publicado en la revista Kine, se encuentra en la sección Notas de esta página.

 

APUNTES SOBRE EL TRABAJO CON MATERIAL DE DESECHO

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El trabajo con materiales de desecho es una forma expresiva que incluye retazos del mundo real, nos permite trabajar con la actualidad de las cosas cotidianas, con los gestos habituales de la era en que vivimos y con sus materiales, desde los más rudimentarios, funcionales o utilitarios hasta los orgánicos o los circuitos electrónicos.
Es una técnica con un gran poder simbólico y evocador, da nuevos sentidos a aquello que descartamos, transforma basura en construcción.

En vísperas de la primera guerra mundial y ante la gran ruptura que ella implicó en todos los ámbitos y sensibilidades aparecen el collage y los objetos cotidianos quebrando las formas clásicas de la pintura y la escultura.
Las vanguardias artísticas: surrealismo, dadaísmo y otras hacen de éstas búsquedas una técnica privilegiada en su quehacer artístico y hoy en día es un recurso muy habitual para los artistas contemporáneos como para arquitectos, diseñadores y grupos comprometidos en la transformación político-social.

Es también una técnica muy usada en las terapias por el arte, por su riqueza expresiva y facilidad de aplicación, ya que no requiere de aprendizajes específicos y no remite a un “saber hacer”: saber pintar, dibujar, modelar, etc. por lo que cualquier participante puede sentir que es una propuesta que está a su alcance.

Los materiales pueden ser:
. orgánicos: semillas, piedras, tierra, arena, ramas, cáscaras de frutos, maderas etc.
. reciclables: papeles de todo tipo, textura y color; hilos, lanas, etc.
. inorgánicos: plásticos, vidrios, latas, aluminios, alambres y también industriales: desde tornillos a circuitos electrónicos.
Las acciones básicas son rasgar, cortar, pegar, atar y superponer.
Las herramientas: tijeras y diferentes colas según los materiales.
Los soportes: diferentes según los materiales y temáticas. Pueden ser cartones duros, cartulinas, telas, corchos, foamboard, maderas, etc.

Las temáticas
Los temas son elegidos en función de las necesidades y búsquedas grupales e individuales, pueden ser temas muy concretos: figura humana, retrato, paisaje, etc. o temas muy abiertos: un sueño, un poema o vinculados a un momento de la historia grupal o personal. Según estemos haciendo un trabajo que busque estructurar o desestructurar, podemos tomar imágenes dadas: fotos de revistas, como punto de partida y ordenamiento e ir elaborándolos, o bien dar otros materiales: lanas, semillas, virutas y proponer un trabajo con tema a elección.

Las dinámicas
Individual o grupal. En nuestra experiencia estas técnicas son muy adecuadas para la creación grupal y son muy útiles en los períodos en que es necesario crear trama grupal.
Los murales, tapices, instalaciones y ambientaciones realizados en pequeños grupos o con el grupo completo generan un clima de cooperación, intercambio y alegría, a la vez que contactan con las dificultades de resignar una idea propia a favor de la creación grupal.
Estas dificultades de la convivencia se pueden elaborar en el espacio simbólico facilitando el proceso.

Los soportes
Este es un aspecto del trabajo sobre el que quiero llamar la atención porque suele pasar desapercibido y sobre el que he trabajado mucho.
Llamamos `soporte´ al material sobre el que se hace el collage: cartón, cartulina, papel, corcho, goma eva, policarbonato, fibrofacil, madera. etc.
El soporte es activo aunque funcione como receptivo, como apoyo de obra y como todo apoyo o base, tiene connotaciones simbólicas y subjetivas.
El soporte es “lo dado” trabajar con él es otra forma de tomar contacto con lo dado, con lo externo y reconocer sus aspectos no neutrales, cargado de tensiones y fuerzas.
Nos proponemos abrir la percepción del soporte a través de modificaciones:
. del formato: rectangular, cuadrado, redondo
. del color: liso, estampado, neutro
. de la textura: suaves, ásperos, rugosos, metálicos.

Cuando proponemos un trabajo es importante tener no sólo los materiales sino las herramientas necesarias para llevarlo a cabo, en este caso: tijeras, cortantes (cutter) para materiales más duros, colas para papel y para todo uso, cintas adhesivas, agujas, pinzas etc. para no someter a los alumnos a situaciones complejas evitables: querer cortar un cartón duro con una tijera escolar puede llevar a una sensación de fracaso innecesaria y puede entorpecer el proceso creativo.

Un ejemplo de trabajo con papel de diarios
Este trabajo surgió durante la crisis del 2001 en Buenos Aires, y lo volví a hacer muchas veces tanto en Buenos Aires como en diferentes ciudades de Brasil y España, cada vez con las variantes que cada situación grupal y conflicto social requería.
Comenzamos jugando con los diarios: friccionar, sacudir, desgarrar, patear, abollar, leer palabras y frases en voz alta, susurrarlas, gritarlas, etc.
Los objetivos de esta etapa son: descargar tensiones, expresar con el cuerpo y la voz, reconocer y vehiculizar la violencia.

La siguiente consigna fue relacionar las noticias con el cuerpo, poniendo los pedazos de diarios en las zonas de tensión.
Aparecieron hombros inmensos, pelotas en el estómago, vendajes en la cabeza, bocas amordazadas, borceguíes en los pies; fue una toma de conciencia corporal, reconocimiento de tensiones, bloqueos y corazas con sus efectos en lo emocional y vincular.

Los personajes se jugaron en escenas breves alternando con momentos de auto observación.
Luego de esta dramatización propongo que en pequeños grupos o dúos vayan quitándose los papeles uno a otro, como quien cura heridas, delicadamente.
Este momento es importante porque da lugar a la reparación del dolor, si cada participante se quitara los papeles a sí mismo habría descarga pero no reparación, aislamiento y no encuentro empático y solidario.

Luego propuse que tomaran esa masa de papeles – energía concentrada – la fueran desplegando y se dejaran llevar por la acción y el material creando algo, una forma abstracta o figurativa; agregué papeles de colores y texturas diferentes. Una vez hecha la construcción elegir un lugar del espacio y ubicarla allí. Hicimos una recorrida de contemplación silenciosa de las obras. Aquí el objetivo es resignificar, conectarse y ejercer la posibilidad de crear y construir, reconocer la propia singularidad y la de los otros.
Volvimos al movimiento con la consigna de jugar con el cuerpo el proceso que desarrollaron con el material, las imágenes internas, sensaciones y emociones, haciendo del movimiento una acción sensible en el espacio, cuerpo habitado por sueños y misterios que danza su intimidad.

Para terminar cada participante volvió a su objeto y lo puso en dialogo con algún otro; se formaron varias esculturas grupales. En este momento la idea es reestructurar el lazo social en la creación conjunta que respeta individualidades.
Cerramos el taller con una recorrida por cada escultura, y comentarios.

Este trabajo, que apunta a la transformación, a la cura y al aprendizaje, es mi forma de respuesta a las necesidades de nuestro entorno y al sentido de nuestra tarea.
Las escuelas contemporáneas que más han usado los objetos de uso diario son el minimalismo, arte ecológico, happenings, arte povera, escultura abstracta y arte conceptual.
Con estas escuelas aparecen también las instalaciones y ambientaciones.

APUNTES SOBRE EL TRABAJO FOTOGRÁFICO

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Desde hace unos años estoy integrando la fotografía dentro de los recursos de las artes visuales en los talleres. Mi intención es generar un entorno creativo para esta actividad que está incorporada en lo cotidiano cada día con mayor énfasis: las nuevas cámaras digitales y las cámaras de los teléfonos cada vez más sofisticadas han facilitado que la fotografía se convierta en un registro casi automático de nuestro día a día.

Sin embargo este registro no llega a ser un registro sensible, no se deja estar la mirada allí y y hacer de esto una experiencia vivida; se “dispara “ , se registra, se difunde en las redes pero no se comparte una experiencia sino una imagen que no llega a ser la huella de una memoria viva.

Por esto he pensado en incluirlo en los talleres y como no es una herramienta que conozco bien he convocado a Mireia Plans , fotógrafa y Lic. en Bellas Artes para que pensemos juntas el tema y sus posibles desarrollos.
De nuestros encuentros han surgido algunas ideas que ahora compartimos.

Ejercitar la mirada:
Volver a lo simple y sencillo

Recuperar una mirada límpida y receptiva. No una mirada que va hacia, sino que recibe imágenes. Una mirada sin intención y sin tensión; para eso introducimos ejercicios de relajación visual, que algunos llaman `yoga visual ´.

Esto implica ejercitar la relajación del segmento ocular. Abrir los diferentes tonos musculares dentro del segmento ocular.
Sensibilizar la piel que recubre los ojos a través de la luz que entra a través de los párpados cerrados.

Aumentar el desplazamiento ocular a través de un movimiento poco habitual; por ejemplo: seguir los contornos de un paisaje, montaña, ciudad, árboles, etc.

Estimular la motricidad fina del ojo, al seguir un detalle.

En palabras del poeta Octavio Paz:: “Para aprender a mirar y para que las cosas nos miren y entran y salgan por nuestras miradas.”

En Internet hay material sobre este tema con muchos ejercicios posibles.

Fotografiar es mirar y también detenerse.
Decía Cartier Bresson “Fotografiar es retener la respiración cuando todas nuestras facultades se conjugan ante la realidad huidiza, es poner la cabeza, el ojo y el corazón en el mismo punto de mira”

La fotografía nos brinda la oportunidad de detenernos, abrir la mirada y elegir qué queremos resignificar. En un mundo donde lo visual es predominante, la fotografía nos permite destacar algunos instantes.

Fotografiar es encuadrar mi mirada en algo, un ejercicio preparatorio integrando otros recursos visuales; puede ser trabajar con ventanitas o marquitos de cartulina. Mirar a través de él y dibujar o bocetar la imagen eligiendo un encuadre.

A la hora de proyectar un taller es bueno incorporar algún trabajo corporal: relajación , respiración, movimiento con ojos abiertos y/o cerrados , exploración del espacio desde la mirada y los desplazamientos, etc. Esto permitirá que el participante esté más sensible y más silencioso internamente.

Nuestra idea no es enseñar técnicas sino generar un entorno creativo para que sacar una foto no sea una experiencia automática, así como no priorizamos la evaluación estética de una fotografía sino el proceso, las marchas y contramarchas, dudas, interferencias, aciertos… y elaboramos las múltiples formas en que cada persona resuelve la pauta y se expresa fotográficamente, es decir hacer de la fotografía una experiencia visual.

Abandonar la eficiencia y la voluntad de ir a hacer fotos, dejando que las imágenes lleguen. Abrir la percepción y estar atento a qué llama la atención

El trabajo puede ser individual o grupal.
Cuanto más simple sea una propuesta, el resultado será más profundo.

Por ejemplo: fotografiar sólo panorámicas o detalles, contraluces, trabajar con la sombra, la luz, los planos, interior o exterior. Los traslúcidos (cortina, ventana). O sacar sólo reflejos…

Una propuesta es una invitación a abrir la mirada hacia determinados elementos del entorno.

El ojo es selectivo e instantáneo. Al ser instantáneo nos libera del juicio.

Algunas dinámicas posibles:
Fotografiar series sobre un tema determinado.
En parejas, A es fotógrafo, B es bailarín, luego se intercambian los roles.

En este caso se facilita la propuesta dando a cada uno una pauta específica. Por ejemplo: el bailarín danza con una búsqueda específica: danzar desde la raíz de la columna hacia las yemas de los dedos, como una medusa, en el suelo o investigando alturas diferentes. El fotógrafo sólo saca detalles del movimiento de la ropa o la gestualidad de las manos. Etc.

Esto permite que cada uno esté en su trabajo y haya menos interferencias dado que, para muchas personas, estar seguido por una cámara puede resultar persecutorio.

Seleccionar, proyectar o imprimir y compartir.
Este es un momento difícil tanto para el participante como para el coordinador.

Al seleccionar para mostrar y compartir, tengamos presente que las interpretaciones, y especialmente los juicios estéticos, sociales y publicitarios de nuestro entorno se interponen en la lectura y comentarios de las imágenes. Recordemos que la historia personal y toda la historia del arte pesan e interfieren la mirada.

Es tarea del coordinador acompañar y ayudar a limpiar la forma en que se mira.

Un camino posible es recordar la emoción al fotografiar. Sentir que la imagen está viva.

Ejercicios grupales integrando otros lenguajes artísticos.
Se proyecta una fotografía y su autor relata su proceso, jugando con esa trama el coordinador   propone `dar cuerpo´ a la foto con una danza, una escena, una escultura, canto, etc. el grupo participa haciendo los sonidos de la imagen o siendo personajes de la escena o escultura.

Todo el grupo saca fotos con un tema común: la casa, las calles, el barrio, ventanas, cielos, etc.

Con las fotos impresas se puede: crear murales con collages en pequeños grupos o grupo completo según el número de participantes. Reelaborar con pintura o dibujos. Crear un cuento grupal. O seguir las derivaciones que el tema haya creado: grietas, lo abierto y lo cerrado, grafitis callejeros, lo doméstico, etc.

Bibliografía recomendada:
Cartier Bresson: Fotografiar del natural
Susana Sontang: Sobre la fotografía
John Berger: Mirar

EL COLLAGE

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Es una técnica de las artes visuales y se desarrolla en occidente durante los comienzos del siglo XX y se sabe que ha sido una técnica muy usada en Japón desde el siglo XII ya que tenían un gran desarrollo de obra en papel recortado, pero no han quedado registros.
Pablo Picasso, Juan Gris y Braque en 1911 son quienes crean los primeros collage, pegando y superponiendo imágenes y materiales de todo tipo, papeles, maderas, telas, metales.
El collage es una técnica maravillosa por su riqueza expresiva y facilidad de aplicación, ya que no requiere de aprendizajes específicos y no remite a un “saber hacer”: saber pintar, dibujar, modelar, etc., por lo que cualquier participante puede sentir que es una propuesta que está a su alcance. Es además una forma expresiva que incluye retazos del mundo real, nos permite trabajar con las cosas cotidianas, con gestos habituales y materiales descartables.
Consiste en tomar (o hacer) fragmentos de diferentes materiales y pegar, superponer o ensamblar sobre una superficie creando una nueva imagen. La palabra “collage” proviene del francés “ coller”: pegar.

Según los materiales que se usen se clasifican en tres ramas:
. collage en papel
-. collage con materiales sólidos (maderas, metales, tejidos, vidrios e incluso objetos)
-. collage con relieves (arena, tierras, aserrín, etc.)
Las acciones habituales son: rasgar, cortar, trozar, pegar, superponer, ensamblar
Es necesario percibir que estas acciones tienen un valor simbólico y afectarán emocionalmente a los participantes. Estas acciones destruyen cierta unidad y sólo el proyecto posterior de construir otras imágenes, otra estructura nueva, sostienen este quehacer.

La acción de cortar es más controlada y prolija, en cambio el rasgar responde mejor a un trabajo emocional, es más desprolijo e imprevisible.
En nuestra experiencia en talleres públicos abiertos, donde fue necesario trabajar sobre la violencia (situaciones de crisis político- sociales ) romper diarios fue una forma de expresar y canalizar violencia contenida que, cortando los diarios con tijera no hubiera podido transitarse adecuadamente.
En este sentido creemos que es indispensable tener en cuenta que ni los materiales ni los instrumentos son neutros. Si los periódicos pueden ser sólo material de desecho también son periódicos, es decir tienen un valor agregado como tales que en determinados contextos entra en primer plano y connota todo el trabajo, para bien o para mal, o simplemente deriva el trabajo hacia un lugar que la coordinación no había contemplado y desvirtúa un objetivo.

Los materiales que usamos también se eligen en función del objetivo.
Pueden ser papeles de diferentes texturas, variedad de colores, lisos o estampados. Fotos de revistas y diarios, telas, hilos y material de desecho orgánicos (cáscaras de frutas, saquitos de té, maderas) o inorgánicos (plásticos, aluminios, etc.)

El fotomontaje
Técnica derivada del collage en la que se trabaja con fotografías.
El proceso es el mismo que el del collage: seleccionar, rasgar, cortar, superponer, pegar. Se puede trabajar en términos más plásticos, usando las fotos por su color, materialidad y textura, o narrativos eligiendo los valores significantes o representativos de las imágenes.
Esto vale también para el collage.
Las fotos pueden ser públicas: revistas, diarios, publicidades, o personales (en este caso recomendamos trabajar con fotocopias de las mismas.)
El coordinador puede seleccionar previamente imágenes para trabajar un tema específico o dejar que los participantes elijan entre publicaciones varias.
Es necesario tener en cuenta que las imágenes son muy pregnantes, provocan emociones, sensaciones y recuerdos que estarán influyendo en las construcciones de imágenes nuevas durante la tarea de fotomontaje, por ejemplo: no es lo mismo cortar una cara de un desconocido que un rostro familiar, aunque sea de un actor o un político.

Objetos
Con la construcción de objetos transitamos el pasaje del plano a la tridimensión, y encontramos la posibilidad de trabajar con el volumen y el espacio.

El uso de objetos cotidianos en la creación artística contemporánea tiene hoy fundamental importancia. El gesto del artista de elegir elementos cotidianos, manipularlos, resignificarlos y con ello hacer obra es fundacional. Marcel Duchamp, con el mingitorio, o La Fuente y La Rueda genera una revolución estética y quedan sentadas las bases del arte actual.
Las características esenciales del ready -made se podrían resumir de la siguiente forma: son obras que remiten a materiales sencillos, objetos cotidianos, desechables, no se eligen por su valoración estética en términos de belleza; son objetos que al obstruirse su función habitual se abren a lo simbólico y a nuevas significaciones.

MÁSCARAS . S CARAS

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Ocultar el rostro.
Cubrirlo.
Esconderlo de la mirada de los otros.
De mi propia mirada.
Olvidarse de “dar la cara”, de “poner cara” , “salvar la cara”, del “cara a cara”.
Descansar.

Al cubrirlo con una tela o con una máscara permitimos que esa “mi cara” descanse de su identidad y aparezcan otras identidades posibles.
Es una experiencia de profunda relajación y de despliegue a la vez.
Descanso de mi yo y me abro a otras posibilidades vitales, a otros juegos.

Al ocultar la expresión de la cara, el cuerpo aparece y se expresa con una libertad y verdad desconocidas.
Esto puede resultar inquietante por momentos pero es finalmente revelador en cuanto a la capacidad expresiva y a la riqueza de nuestra vida.

El cuerpo y la máscara tienen algo en común: su misterio.
Están vinculados con lo sagrado y lo profano, con la vida y la muerte, lo cotidiano y lo sobrenatural.
Esta cualidad nos los hace extraños e íntimos a la vez ya que es un adentrarse y estar en contacto con aquellos aspectos más ocultos del nuestro ser.
Así, transitar los mundos del cuerpo y de la máscara puede ser un viaje personal inquietante y maravilloso.

Las máscaras se han usado desde la más remota antigüedad y en todas las culturas, ya fuera con fines religiosos, ceremoniales, festivos o protectores.
Gracias a su expresión fija potencian o revelan una emoción o un estado anímico, definen un personaje o subrayan una función o rol social.
Darle cuerpo, movimiento y juego a una máscara nos permite transitar estados y personajes que están fuera o muy lejos, de nuestra realidad cotidiana o de nuestro mundo subjetivo desplegándonos hacia otros mundos.

En mi enfoque de trabajo las máscaras son un instrumento para ampliar la experiencia vital y desarrollar la creatividad.
Lo que yo propongo más frecuentemente es crear máscaras con materiales sencillos, papeles de diferentes texturas y colores y algunos elementos de pintura: témperas o pasteles, o material de desecho.
También se puede trabajar con máscaras hechas o comerciales que representan generalmente personajes arquetípicos o roles sociales.
Lo que a mí me interesa es el desarrollo imaginativo que se despliega en la creación y proceso de construcción para luego tomar cuerpo en las escenas o danzas.
A veces las trabajo a partir del maquillaje con cremas teatrales.
Son propuestas muy diferentes ya que una máscara de cartulina se puede poner y quitar, en cambio, una máscara pintada en la cara tiene otros juegos, queda más “encarnada” y no tiene una expresión fija y definida sino que el propio rostro le da movimiento.
También trabajo con máscara blanca, neutra, esta máscara nos permite una des-identificación mayor del mundo emocional, al no tener una expresión determinada nos permite una conexión más directa con el cuerpo y el movimiento y mayor libertad de expresión.
En cualquier caso siempre intentamos trabajar con espejos donde los participantes puedan verse enmascarados; esto les permite reconocerse y jugar con las imágenes y resonancias que la máscara les provoca.

El ponerse una máscara conlleva un momento de des-identificación y perplejidad al encontrarnos con ese “otro” ser que proviene de un mundo más inconciente y caótico, a cambio nos ofrece libertad y también alegría. Los carnavales y las fiestas dionisíacas son buenos ejemplos.

En un grupo en los primeros momentos al verse todos enmascarados y anónimos, sin poder reconocerse unos a otros, el desconcierto es fuerte y los temores latentes se hacen evidentes: temor al contacto, al encuentro, temor a un tipo de comunicación que ya no tiene la mirada ni el lenguaje para crear límites y protecciones como sucede habitualmente.
A la vez el cuerpo encuentra su potencial de ser, expresar y crear.
Cuando cuerpo y máscara se conjugan se transitan otras gestualidades, otros tonos musculares, otros usos del espacio; la voz adquiere otras resonancias.
Nuestro repertorio habitual de movimientos y expresiones es ganado por la máscara que así como enmascara, también des- enmascara. Este es su juego y su potencial terapéutico y creativo.